TOLEDO, 1 Oct.

Las autoridades de Castilla-La Mancha han puesto en marcha un ambicioso plan para reducir el desperdicio alimentario en la región durante el año 2024. Una de las medidas destacadas incluidas en este plan es fomentar la donación de los excedentes de los comedores escolares a familias en situación de riesgo social, con el objetivo de garantizar una alimentación saludable y evitar el desperdicio de alimentos.

Según la resolución de la Consejería de Sanidad publicada en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, este plan se llevará a cabo a través del Foro Regional de reducción del desperdicio de alimentos, que ya ha aprobado un conjunto de medidas a implementar.

El plan consta de cinco ejes, cada uno con diferentes medidas. El primero de ellos se centra en el conocimiento, con la creación de una base de datos sobre iniciativas contra el desperdicio alimentario en la región y la puesta en marcha de un Observatorio para la reducción del desperdicio alimentario.

Por otro lado, el Eje 2 aborda la gestión, con la implementación de un código de buenas prácticas para empresas y entidades de la región, la creación de un registro de empresas relacionadas con la prevención del desperdicio alimentario y la inclusión de criterios de control en los contratos de comedores colectivos públicos.

En cuanto al Eje 3, se centra en la divulgación de información sobre consumo responsable, alimentación saludable y seguridad alimentaria, así como en el fomento de la colaboración con asociaciones de consumidores, empresas de distribución y entidades gubernamentales.

Por último, el Eje 5 se enfoca en la cooperación, promoviendo la donación de excedentes de alimentos no utilizados en los comedores escolares y estableciendo acuerdos con diversas organizaciones para reducir el desperdicio alimentario en la región. Estas medidas buscan garantizar una alimentación saludable para todos y combatir el desperdicio de alimentos de forma eficiente.