Crónica Castilla-La Mancha.

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El autor de abusos a su expareja en Ciudad Real elude prisión tras confesar su delito.

El autor de abusos a su expareja en Ciudad Real elude prisión tras confesar su delito.

CIUDAD REAL, 21 de noviembre. Un caso preocupante ha tenido lugar en Ciudad Real, donde un joven identificado como J.O.N. ha sido acusado de abusar sexualmente de su exnovia y compañera de clase en el domicilio familiar del acusado mientras ambos se encontraban estudiando. Este siniestro acto ha generado revuelo en la comunidad y en la opinión pública.

El joven ha admitido su culpabilidad en el tribunal, lo que ha llevado a que tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular reconsideren su postura y reduzcan la solicitud de pena de prisión. Originalmente, se pedían siete años de cárcel, pero finalmente se ha llegado a una condena de tan solo dos años de prisión gracias a esta confesión. El juez de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha dictado la sentencia de forma oral, lo que evidencia la gravedad del asunto, a pesar de la reducción de la pena.

A pesar de haber reconocido los hechos y mostrar arrepentimiento, el acusado se ha librado de una condena efectiva a prisión por no tener antecedentes penales y no representar un riesgo de fuga o reincidencia. Sin embargo, se le ha impuesto el deber de pagar 10.000 euros en concepto de responsabilidad civil a la víctima, aunque ya ha iniciado el proceso de pago con una primera entrega de 3.000 euros. Además, deberá asistir a un programa de educación sexual y tiene prohibido acercarse o comunicarse con la víctima.

La víctima, quien ha declarado por videoconferencia desde una embajada española en el extranjero, ha reafirmado la denuncia de abuso sexual presentada anteriormente. Este aspecto es crucial, ya que subraya la valentía de las mujeres que se atreven a alzar la voz en situaciones de violencia y abuso.

Los hechos ocurrieron en octubre de 2022, cuando la joven y el acusado, quienes habían mantenido una relación sentimental de cuatro años que terminó en junio de 2021, se encontraron en el hogar de los padres del acusado para estudiar. Tras concluir sus estudios, el acusado intentó forzar una relación sexual, a pesar de que la víctima se negó de forma categórica. Ignorando su negativa, el joven comenzó a desnudarse y tuvo un comportamiento indecente ante ella.

En una escalofriante violación de su autonomía, el acusado procedió a tumbar a la víctima en la cama, despojándola de su ropa mientras continuaba con su conducta sexual inapropiada. Acto seguido, introdujo un dedo en contra de la voluntad de la víctima, lo que dejó a la joven en un estado de conmoción y shock. Este acto no solo es un ataque a la integridad de la víctima, sino también un reflejo de una cultura que a menudo minimiza la gravedad del abuso sexual.

Una vez consumado el abuso, la joven se vistió y abandonó rápidamente el domicilio, buscando refugio fuera de la situación traumática. Poco después, el acusado envió varios mensajes de texto tratando de disculparse por sus acciones, las cuales claramente revelan una falta de comprensión de la gravedad de sus actos. Mensajes como "Oye, que sé que te has molestado por haber acabado haciendo lo que yo quería" muestran un profundo desdén hacia los deseos y derechos de la víctima. Este caso pone de manifiesto la necesidad de un enfoque más riguroso y responsable hacia los delitos de abuso sexual en nuestra sociedad.