El Ayuntamiento de Guadalajara, liderado por el equipo de Gobierno conformado por el PP y Vox, ha aprobado en una tumultuosa y polémica sesión plenaria, con repetidas llamadas al orden por parte de la alcaldesa Ana Guarinos, una subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de ocho puntos para el año 2024. Según afirma el equipo de Gobierno, esta medida es necesaria para hacer frente a una parte del déficit económico dejado por el anterior gobierno de Alberto Rojo.
En la votación, que contó con 13 votos a favor del PP y Vox y 12 en contra del PSOE y Aike, se aprobó inicialmente la modificación de las ordenanzas fiscales. Aunque se aceptaron algunas enmiendas parciales, estas no alteraron la propuesta de subida del IBI, que pasará del 0,46 al 0,54 para el próximo año. Sin embargo, el resto de tasas e impuestos municipales se mantendrán congelados.
El pleno estuvo marcado por la confrontación política, con llamadas de atención constantes por parte de la alcaldesa a las portavoces de los grupos municipales de Aike y el PSOE, Susana Martínez y Lucía de Luz, respectivamente, debido a sus continuas interrupciones al intentar conocer los temas en votación durante el debate. Se presentaron tanto enmiendas a la totalidad, que fueron rechazadas, como enmiendas parciales.
En un principio, había dudas sobre cómo votaría Vox en el pleno, ya que en la Comisión de Hacienda se habían abstenido en este punto. Sin embargo, su portavoz, Víctor Juan Morejón, justificó tanto esa posición como el respaldo a la modificación inicial de las ordenanzas en la sesión de este viernes, argumentando que querían comprender a fondo los motivos para llevar a cabo dicha modificación y que, una vez conocidos, se vieron en la obligación de actuar con responsabilidad absoluta y apoyarla.