La campaña electoral silenciosa en Castilla-La Mancha y sus encantos ocultos

La campaña electoral silenciosa en Castilla-La Mancha y sus encantos ocultos

TOLEDO, 27 May. - Las caravanas electorales tienen un objetivo claro: llevar el mensaje de los candidatos desde las ciudades más pobladas hasta los municipios más recónditos. Pero junto a los candidatos de ambos partidos políticos, hay un protagonista silencioso que se cuela en los mensajes que llegan al ciudadano: los lugares que visitan.

Son las plazas, iglesias, parques, museos, centros culturales, teatros, auditorios, templetes de cada uno de los municipios de la Comunidad Autónoma que reciben estas visitas durante las dos semanas que dura la campaña electoral. Los candidatos recorren la región de punta a punta, celebrando mítines, encuentros, dando paseos, participando activamente en romerías y eventos de todo tipo, y degustando la variada gastronomía de Castilla-La Mancha.

La campaña electoral se convierte en una excelente campaña turística que muestra no solo los lugares fácilmente identificables de la Comunidad Autónoma, sino también los tesoros escondidos que aguardan silentes.

Estos encantos turísticos son fuente de ingresos para los municipios y también son un motivo de orgullo para sus vecinos y, por supuesto, para los alcaldes y candidatos que presumen de patrimonio y, de paso, intentan arrancar algún compromiso a sus líderes para dar vida a todo este capital cultural.

Desde el castillo de Almansa al olivo milenario de Daimiel, pasando por la plaza de Moral de Calatrava, sin dejar de admirar la Colegiata de Yepes, Castilla-La Mancha ofrece en cada pueblo y en cada uno de sus rincones lugares que merecen la pena y dejan su sello en la retina de todos los que trabajan en las largas jornadas de las caravanas electorales.

Comitivas sobre ruedas que recalan en la plaza de Ocaña, la iglesia parroquial de Santa Ana de Añover de Tajo, el Teatro Regio de Almansa, Puertollano, Pastrana o el pantano de Entrepeñas y Sacedón, en el Alto Tajo. Todo ello sin olvidar las arraigadas tradiciones a las que muchos de estos lugares están unidos, como la romería al santuario de la Virgen de la Salud, en Barbatona (Guadalajara) o las decenas de ermitas de San Isidro diseminadas por la Comunidad Autónoma que se convierten en lugar de reunión durante el día del patrón de los agricultores.

En definitiva, monumentos y personas permanecen unidos desde hace siglos y conforman juntos esa forma de ser que hace a Castilla-La Mancha una región única.

Categoría

Castilla-La Mancha