CUENCA, 24 de diciembre. La comunidad de Cuenca se encuentra de luto tras la noticia del fallecimiento de Antonio Pérez, un destacado coleccionista que dejó una huella indeleble en el ámbito cultural de la región. A la venerable edad de 90 años, su partida ha sido confirmada por diversas fuentes cercanas a Europa Press, lo que ha provocado una mezcla de tristeza y reflexión sobre su valiosa vida y legado.
Originario de Sigüenza, en la provincia de Guadalajara, Pérez nació en 1934 y muy pronto estableció un vínculo especial con Cuenca en la década de 1950. Durante este período, tuvo la fortuna de cruzarse con figuras icónicas como Manolo Millares y Antonio Saura, experiencias que sin duda influirían en su visión artística y cultural. Este contacto con el arte lo llevaría eventualmente a instalarse en París, un punto neurálgico de la creación y la vanguardia artística.
En los años sesenta, la ambición y el espíritu innovador de Antonio Pérez lo llevaron a fundar la editorial Ruedo Ibérico, que se convirtió en un símbolo de la crítica y el pensamiento libre de la época. Sin embargo, en 1975, tomó la decisión de regresar a Cuenca, donde se establecería de forma permanente y comenzaría a dejar su marca de manera definitiva.
Con su residencia en la calle San Pedro, Pérez desarrolló un impresionante universo de objetos encontrados y colecciones que pronto darían forma a lo que sería la Fundación Antonio Pérez. Este museo se erigió no solo como un espacio para la exhibición, sino como un verdadero santuario del arte en Cuenca, extendiendo sus alas a otras localidades con sedes en San Clemente, Huete y su ciudad natal, Sigüenza.
La figura de Antonio Pérez siempre fue muy querida en Cuenca, y, en particular, en su barrio, el Casco Antiguo, donde su legado perdura en la memoria colectiva. Sus aportes fueron reconocidos con diversos honores, incluyendo el título de Hijo Adoptivo de Cuenca y Hijo Predilecto de Castilla-La Mancha, distinciones que reflejan el cariño y el respeto ganado a lo largo de su trayectoria.
Además, el Consorcio Ciudad de Cuenca decidió rendir homenaje a su influencia y dedicación al arte, habilitando un espacio conocido como el Rincón de Antonio Pérez, ubicado en la bajada de la Plaza del Trabuco hacia la Ronda Julián Romero, un tributo que asegura que su legado continúe presente en el corazón de la ciudad que tanto amó.
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