El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado su preocupación por la próxima legislatura a nivel estatal, describiéndola como una situación "al filo de la navaja" debido a un resultado "diabólico". En una entrevista en Castilla-La Mancha Media, García-Page ha criticado que la gobernabilidad dependa de Pedro Sánchez, a quien considera un prófugo de la justicia que puede tomar decisiones en contra del Estado. Según él, es triste ver cómo se dan alianzas entre el Partido Popular y Vox, convirtiendo a Vox en una "bestia negra" en la política española.
García-Page ha destacado que, a pesar de detestar los extremos, es importante aplicar el "sentido común" en la próxima legislatura, que predice que será vertiginosa y similar a una montaña rusa. Reconoce que hay incógnitas sobre los acuerdos con los independentistas de Junts, ya que la derecha no tiene la mayoría. Aunque espera que se eviten unas segundas elecciones, considera que el mensaje de los ciudadanos en las elecciones generales no está claro y da la impresión de que nadie ha ganado.
En cuanto a la formación de la Mesa del Congreso de los Diputados, García-Page espera que refleje la mayoría y la pluralidad del Parlamento, pero enfatiza que la Presidencia no debe ser un símbolo, ya que es la tercera autoridad del Estado. Afirma que el presidente de la Mesa debe defender y no cuestionar al Estado, y que aquellos que lo cuestionen no deberían ocupar el cargo. Lamenta la renuncia de Meritxell Batet a revalidar la Presidencia y espera que tanto el PSOE como el PP presenten candidatos alternativos.
En cuanto a la financiación autonómica, García-Page aboga por una negociación "multilateral" en la que se tengan en cuenta las singularidades de cada región. Destaca la importancia de garantizar los servicios básicos del Estado y de pensar en los ciudadanos, no solo en el territorio.