En un acto de sinceridad, el grupo musical Triángulo de Amor Bizarro ha admitido que su forma de trabajar se basa en la libertad creativa y en la autenticidad, reconociendo que no podrían preservar su esencia artística de otra manera. Este famoso trío recala en el Círculo de Arte de Toledo el próximo 22 de noviembre, como parte de su gira con motivo del vigésimo aniversario de su carrera, que han decidido celebrar de una manera singular.
A lo largo de cada actuación, la banda establece un "pequeño ambiente" especial en la sala, brindando a los asistentes un manual informativo a través de email que les prepara para la experiencia que les espera. Durante los conciertos, se incluye un momento curioso en el que un "ser del vacío" se presenta en el escenario y lanza una baraja de Tarot al público. Las cartas devueltas determinan qué disco interpretará el grupo esa noche, haciendo de cada concierto una experiencia única y, sin duda, impredecible.
En una conversación con Europa Press, los miembros de la banda, Isa (voz y bajo), Rodrigo (voz y guitarra) y Rafa (batería), compartieron sus reflexiones sobre su trayectoria, el significado de estos veinte años juntos y los desafíos que han enfrentado en el camino.
PREGUNTA: ¿Cómo os ha afectado la celebración de estos 20 años como banda?
RODRIGO: Venimos de un entorno caótico, y esta experiencia nos ha brindado la oportunidad de ejercitar la autoconciencia y aceptar quienes somos realmente. No nos hemos esforzado por ser algo que no somos, y eso para nosotros es siempre una victoria. Aquí estamos, tras 20 años, todavía con la misma pasión y siendo buenos amigos. Nuestra música se sigue creando con la misma intuición con la que comenzamos.
ISA: Nunca hemos tenido la necesidad de buscar la aprobación ni de seguir un camino predeterminado. Siempre hemos estado en la búsqueda de nuevas experiencias. Creo que esa curiosidad ha sido fundamental para mantenernos frescos, en cierta manera. Es un inconformismo que nos impulsa a continuar explorando nuevos retos sin acomodarnos.
RAFA: Naturalmente hemos evolucionado y nos hemos negado a quedarnos estancados. Cada disco que hemos creado ha sido un ejercicio creativo que contradice lo que hicimos anteriormente, permitiéndonos seguir avanzando. De hecho, volver a interpretar estas canciones ahora nos ofrece nuevas perspectivas que pueden beneficiar nuestro futuro.
P: ¿Alguna vez imaginaste que vuestra carrera se extendería por dos décadas?
RAFA: Para mí, nada era previsible. Nunca se esperó mucho de mi parte, lo que me dejó un camino abierto. En casa sí que hay una especie de aceptación y, para ser honestos, ahora celebramos esto juntos. Mirando hacia atrás, no sabía lo que podría suceder.
RODRIGO: Nos hemos adaptado a la realidad y a los cambios constantes que hemos enfrentado. Esta adaptación ha sido una parte integral de nuestra existencia como banda. Nos mantenemos alejados del estrellato del pop y del glamour; queremos que nuestra música refleje lo que realmente está pasando en el mundo. Somos, ante todo, un grupo con los pies en la tierra.
P: ¿Cuáles son los momentos más significativos, tanto positivos como negativos, que habéis vivido juntos?
RODRIGO: Los momentos son numerosos. A lo largo de 20 años han sucedido muchas cosas, algunas días estresantes y otros de pura felicidad. Esa es la vida que todos llevamos.
RAFA: Hemos pasado por todo tipo de experiencias, desde conciertos memorables hasta grabaciones que resultaron ser verdaderos retos. Me resulta complicado señalar un hito en particular como el mejor de todos. Todo esto es un viaje continuo.
ISA: Al final, hemos aprendido a disfrutar de lo que tenemos. Vivir de la música y girar por diferentes lugares nos permite crear momentos de cercanía y amistad entre nosotros. Es nuestra filosofía y forma de trabajo: disfrutar el trayecto, incluso durante las largas horas de viaje.
P: ¿No es algo extraordinario poder tocar cualquier disco en vuestros conciertos?
RODRIGO: Sin duda. Escuchar nuestros discos se convierte en un ejercicio de reflexión, ya que no es posible ensayar una lista de canciones fija, lo que nos obliga a revivir la esencia de cada tema en el momento. La audiencia lo agradece, ya que este formato es poco habitual y nos desafía a alcanzar un nivel adicional en nuestras capacidades artísticas.
RAFA: Al principio, puede haber nervios, pero pronto se convierte en una experiencia gratificante, una especie de nebulosa en la que nos sumergimos.
P: ¿Tenéis alguna preferencia por ciertos discos? ¿Cuáles suelen demandar más los fans?
ISA: Varía. Hay algunos discos que me generan aprensión. Sin embargo, en los últimos conciertos, salieron algunos que creía que serían difíciles y, sorprendentemente, salieron bien. A medida que tocamos más los discos, lo que solía ser complicado se vuelve más manejable, y lo que antes era sencillo a veces se complica en el escenario.
RODRIGO: Hay combinaciones que resultan muy exigentes, como cuando tengo que cantar casi todo un disco. No obstante, se genera un diálogo interesante entre los álbumes, y el público reconoce esas diferencias en cada actuación.
RAFA: La falta de memorización de las canciones también permite que cada concierto tenga su propio toque. Algunos álbumes tienen un sonido tan característico que la gente que nunca los ha escuchado en vivo percibe la diferencia al interpretarlos en el presente.
P: Sigues apreciando esa libertad creativa que mencionaste hace una década, donde parecéis tener la capacidad de hacer lo que queráis.
ISA: Esencialmente, así es. Si no fuésemos por este camino, no sé si seríamos capaces de funcionar. Esta es nuestra pasión: actuar sin restricciones. Si estuviésemos inmersos en un trabajo convencional, probablemente ya nos habrían despedido en varias ocasiones.
P: ¿Cuáles son los próximos planes a seguir?
RODRIGO: Esta experiencia nos está sirviendo como fuente de inspiración y tenemos muchas ganas de comenzar a trabajar en nuevo material. A finales de enero emprenderemos una gira por Latinoamérica y, después, algunas fechas concretas aquí, pero lo más importante es centrarnos en crear nuevas canciones.
RAFA: Es evidente que necesitamos un tiempo para componer. Llevamos cuatro años girando sin pausa y sentimos la necesidad de regresar al estudio, experimentar con nuevas ideas y hacer un nuevo disco. Es un impulso que no se puede ignorar.
P: Después de dos décadas, ¿qué opináis sobre el estado actual de la industria musical española?
RODRIGO: El sector musical refleja la realidad económica y social del mundo. Actualmente, estamos en un momento complicado, dominado por plataformas de streaming. Lo notamos día a día, ya que ahora se espera que un músico sea más que eso; tienes que ser un comunicador, o mejor dicho, un vendedor de ilusiones. Así funciona el sistema.
ISA: Hoy en día, el éxito depende de la cantidad de seguidores y reproducciones. No puedes desconectarte de eso. El producto final se ve afectado por estas dinámicas, obligando a los artistas a ajustarse a lo que un algoritmo considera valioso. Lo auténtico no siempre se premia; ahora parece haber una tendencia a la conformidad y a una falta de innovación en la música joven, que podría ofrecer mucho más pero se enfrenta a barreras creativas significativas.
RAFA: Además, hay que considerar la falta de variedad. Recuerdo la época de 'MySpace', donde había una multitud de estilos y propuestas. Sin embargo, con el tiempo, ese abanico se ha cerrado, y parece que hay una única fórmula que se considera exitosa.
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