La catedral de Santa María de Cuenca es una de las grandes joyas arquitectónicas de Castilla La Mancha. Ubicada en pleno centro histórico de la ciudad, su construcción comenzó en el siglo XII y se extendió hasta el XVI. Esta obra maestra del gótico español es uno de los principales atractivos turísticos de la región.
La catedral de Santa María de Cuenca es el resultado de diversas ampliaciones y reformas a lo largo de los siglos. La primera construcción data del siglo XII, durante la época del obispo Tomás González. En aquel entonces, se construyó la cabecera y el crucero de la iglesia actual. Posteriormente, durante los siglos XIII y XIV se ampliaron la nave central y las laterales, y se construyó el magnífico rosetón de la fachada principal.
En el siglo XV, se llevó a cabo una gran reforma de la catedral, que consistió principalmente en la ampliación de la cabecera y la construcción de la capilla de San Julián. Esta reforma fue financiada por el obispo Lope de Barrientos, quien encargó la realización de numerosas esculturas y frescos a artistas locales.
En el siglo XVI, se construyó la torre-campanario y se completó la decoración de la catedral con la realización de retablos y otras obras de arte. Aunque la catedral de Santa María de Cuenca es principalmente de estilo gótico, se pueden apreciar elementos renacentistas y barrocos en su estructura y decoración.
La catedral de Santa María de Cuenca alberga una gran cantidad de obras de arte de diferentes épocas y estilos. Uno de los elementos más destacados es el retablo mayor, realizado por el escultor flamenco Pedro de Mena en el siglo XVII. También es impresionante la capilla de San Julián, que cuenta con una serie de frescos del siglo XV y numerosas esculturas de la época gótica.
Otras obras de arte que se pueden admirar en la catedral son los sepulcros de los obispos, realizados en diferentes épocas y estilos, el coro de madera tallada, realizado en el siglo XVI y los numerosos objetos litúrgicos, como cálices, custodias y relicarios, que se encuentran distribuidos por toda la catedral.
La catedral de Santa María de Cuenca es un lugar imprescindible para visitar si se viaja a Castilla La Mancha. La entrada a la catedral es gratuita, aunque se requiere el pago de una entrada para visitar la capilla de San Julián, que se encuentra en el interior de la catedral.
Es recomendable visitar la catedral en compañía de un guía turístico, quien podrá explicar con detalle la historia y la arquitectura de este impresionante monumento. También es posible visitar la catedral en el marco de una visita guiada por el centro histórico de Cuenca.
La catedral de Santa María de Cuenca es uno de los monumentos más impresionantes de Castilla La Mancha. Su impresionante arquitectura gótica y su gran cantidad de obras de arte hacen de ella un lugar imprescindible para visitar si se viaja a la región. Su historia y su arquitectura la convierten en una auténtica joya arquitectónica que no debes dejar de conocer.