TOLEDO, 14 Ene.
El Gobierno de Castilla-La Mancha está considerando la implementación de una medida que permita el arranque de viñedos, aunque es consciente de que esta decisión debe ser "muy quirúrgica". El consejero de Agrocultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Julián Martínez Lizán, advirtió sobre la posibilidad de perder la capacidad productiva de la región, subrayando que este riesgo podría resultar en una despatrimonialización significativa de las cooperativas, algunas de las cuales son las únicas fuentes de empleo en ciertos municipios.
Estas declaraciones fueron realizadas por Martínez Lizán antes de su reunión con el presidente de Asaja Castilla-La Mancha, José María Fresneda, quien presentó al Ejecutivo regional la agenda que la Asociación llevará a Bruselas a partir de este miércoles. La importancia de esta reunión radica en las inquietudes del sector agrícola, que busca soluciones efectivas en el ámbito europeo.
El consejero destacó las "diferencias abismales" que existen en el sector vinícola a nivel europeo. A pesar de las serias problemáticas que enfrentan algunas regiones españolas, como La Rioja, afirmó que Castilla-La Mancha se presenta como una "isla" en este contexto, con un sector que muestra un crecimiento constante en cuanto a las salidas de vino, tanto en volumen como en ingresos.
No obstante, Martínez Lizán señaló que este incremento económico podría no ser suficiente para cubrir las crecientes necesidades de los agricultores, lo que plantea la posibilidad de que la Junta considere medidas que permitan el arranque de viñedos, aunque siempre de manera cuidadosa. Estas acciones, según el consejero, deben equilibrar la preservación de la capacidad productiva con la posibilidad de facilitar una "retirada honesta" para algunos agricultores que lo necesiten.
El enfoque actual, según Martínez Lizán, debe centrarse en asegurar el potencial productivo de la región y en ayudar a los agricultores a adaptarse a las demandas del mercado. Castilla-La Mancha ha dado pasos significativos en esta dirección, lo que augura un futuro más prometedor para el sector agrícola local.
En cuanto a la reunión con Asaja, el presidente Fresneda destacó la necesidad de acudir a Bruselas, argumentando que los agricultores sienten un "hartazgo" ante la situación actual. Su objetivo es explorar todas las opciones para mejorar las condiciones de vida de los agricultores, asegurando que no se acepten impedimentos injustificados para el sector.
Fresneda enfatizó que su misión en Bruselas es obtener claridad sobre cómo se desarrollan y aplican las normativas, tanto a nivel nacional como regional, para denunciar lo que sea necesario. En un contexto de política agraria comunitaria, enfatizó la importancia de que no se implementen medidas que disminuyan la capacidad adquisitiva de los agricultores, y reclamó que ninguna medida restrictiva se aplique sin la debida compensación.
El consejero, por su parte, consideró que esta reunión se enmarca en la nueva Comisión Europea, la cual ofrece una plataforma para expresar las necesidades de Castilla-La Mancha. Coincidió con Asaja en la importancia de garantizar un pago justo a los productores, aunque subrayó la necesidad de regular y aplicar las políticas de subvenciones de la mejor manera posible, dado que estas son cruciales para la economía agrícola.
Por ello, instó a las organizaciones agrarias como Asaja a colaborar estrechamente para dirigir las necesidades de Castilla-La Mancha a la Comisión Europea. La labor conjunta podría facilitar que se atiendan las inquietudes del sector en las instancias adecuadas.
Finalmente, Martínez Lizán defendió que el Gobierno regional está orientando su política en esta materia, particularmente hacia el desarrollo comercial y la evolución de los cultivos. Aseguró que se están haciendo esfuerzos para apoyar a sectores emergentes y mejorar sus procesos productivos, así como su capacidad de transformación, con el fin de fortalecer el sector agrícola en Castilla-La Mancha.
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