Funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, en una operación conjunta con la Policía Nacional y en colaboración con la Policía Judiciaria de Portugal, han realizado un importante decomiso de drogas. En concreto, se han intervenido 210 kilos de cocaína que estaban ocultos en maquinaria industrial declarada como chatarra procedente de Panamá. Como resultado de esta operación, se ha procedido a la detención de siete personas en Albacete y Valencia por los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales.

Según han informado la Agencia Tributaria y la Policía en una nota de prensa conjunta, la droga estaba escondida en el interior de dos piezas de chatarra que habían sido ahuecadas y rellenadas con cemento y goma aislante para crear una cámara. En esta cámara se encontraban 210 paquetes de cocaína, con un peso aproximado de un kilo cada uno.

Esta investigación se inició en enero de 2022, cuando se descubrió que una empresa española, aparentemente sin actividad comercial, había importado desde Sudamérica un contenedor de pulpa de fruta. Al indagar más, se descubrió que los administradores actuales de la empresa habían sido detenidos juntos en 2017 por su relación con una plantación de marihuana en una nave industrial de Valencia. Esto generó sospechas y se inició una investigación sobre los dos detenidos.

Las primeras vigilancias realizadas por los agentes revelaron comportamientos sospechosos entre los dos individuos. Se les observó encontrándose en parkings y manteniendo reuniones con personas que tenían antecedentes por tráfico de drogas. Además, se determinó que uno de ellos tenía el control de las decisiones, mientras que el otro era utilizado como "hombre de paja".

En abril de 2022, estos dos individuos alquilaron una nave en Ribarroja y comenzaron a acondicionarla para almacenar frutas, instalando sistemas de refrigeración. Sin embargo, las autoridades encontraron sospechoso que los investigados no realizaban gestiones con posibles compradores de los alimentos que pretendían importar y mostraban un desconocimiento absoluto de los requisitos del comercio internacional en el que se estaban involucrando. Como resultado, el contenedor de bananos que importaron llegó en mal estado, llevando a la quiebra de la empresa.

A principios de 2023, los investigados crearon una nueva empresa en Portugal dedicada a la importación de chatarra. En este proyecto, involucraron al yerno de uno de los investigados, quien era camionero de profesión. Además, alquilaron una nave en Villarrobledo, Albacete, que contaba con un puente grúa para manejar la chatarra.

Las autoridades de Vigilancia Aduanera alertaron a las autoridades portuguesas sobre la llegada de cuatro contenedores que serían entregados en Villarrobledo. Como resultado, se estableció un dispositivo de vigilancia alrededor de la nave de descarga. En un momento dado, los investigadores detectaron a un individuo realizando labores de contravigilancia en el polígono industrial en una furgoneta.

Después de la descarga del último contenedor, los agentes decidieron actuar al aprovechar la entrada de un camión-grúa a la nave. Este camión era conducido por un individuo ajeno a la investigación, quien declaró que había sido llamado para cargar dos piezas del camión. Estas piezas, parte del brazo hidráulico de una excavadora, destacaban entre toda la chatarra por su gran volumen.

Los agentes descubrieron que las piezas habían sido ahuecadas, rellenadas con cemento y goma aislante, creando así una cámara que contenía los 210 paquetes de cocaína, con un peso aproximado de un kilo cada paquete.

En este momento, se han realizado las detenciones de las siete personas responsables de recibir la sustancia estupefaciente. Se les acusa de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales, delitos que causan un grave daño a la salud pública.