Murcia, 21 de octubre. La Guardia Civil, en colaboración con las policías locales de Caravaca de la Cruz y Calasparra, ha desarticulado una banda delictiva itinerante, arrestando a siete de sus integrantes. Este grupo, compuesto por seis hombres y una mujer, tiene edades entre los 20 y 27 años y es originario de Madrid y Toledo.

De acuerdo con las pesquisas realizadas, los arrestados estaban buscando zonas en el Noroeste de Murcia para establecerse y llevar a cabo robos. Esto plantea preocupaciones sobre la seguridad en la región, ya que su modus operandi involucra actividades delictivas itinerantes, lo que dificulta su localización y captura.

La alerta inicial se produjo cuando los agentes de la Policía Local de Caravaca de la Cruz notaron un vehículo que mostraba comportamientos sospechosos alrededor de un restaurante de la localidad. Este automóvil, que incluso circulaba en sentido contrario, fue estacionado para que sus ocupantes entraran al establecimiento.

Los investigadores comprobaron que el vehículo había sido robado en Torrejón de Ardoz, en Madrid, durante el mes de julio. Esto motivó la creación de un operativo conjunto para identificar a los delincuentes. Un detalle que llamó la atención de los policías fue que, pese a viajar juntos, los miembros del grupo optaron por sentarse en diferentes mesas dentro del restaurante, como si no se conocieran.

Cuando se dieron cuenta de la presencia de las autoridades, un hombre y una mujer se dirigieron al baño donde ocultaron las llaves del auto robado y deshicieron de otros objetos que podrían incriminarlos.

Al ser cuestionados por su identidad, todos afirmaron no tener documentos en su poder. Sin embargo, tras investigar, se reveló que contaban con un extenso historial delictivo, mayormente relacionado con delitos contra la propiedad en varias provincias de España.

Entre los detenidos, dos habían llegado en taxi desde Calasparra, donde habían pasado la noche en una casa rural utilizando la identidad de otra persona. Durante el proceso de detención, se les incautó una bolsa que contenía pasamontañas, guantes, navajas y otras herramientas que habrían sido utilizadas para forzar cerraduras. También fue recuperado un coche de alquiler que no había sido devuelto y que se hallaba junto a la casa rural en la que se habían alojado.

La operación culminó con la detención de siete personas, acusadas de delitos que incluyen el uso no autorizado de un vehículo a motor, apropiación indebida y usurpación de estado civil. Los vehículos robados han sido devueltos a sus respectivos propietarios, pero la preocupación por la actividad delictiva en la región sigue latente.