El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha criticado duramente la falta de avances en la reforma del sistema de financiación autonómica, afirmando que se siente "a ciegas" al respecto. Según García-Page, el Estado está jugando un juego de "fuego artificial y retórica" en lugar de abordar el problema de manera seria y efectiva.

Para el presidente castellano-manchego, la gestión de la financiación autonómica está demasiado retrasada, lo que permite al Estado aumentar sus ingresos de forma desproporcionada en comparación con las comunidades autónomas. García-Page denunció que el Estado mantiene a las autonomías "al ralentí permanentemente" y que esto no beneficia en absoluto a la descentralización del país.

En una rueda de prensa celebrada en Las Palmas de Gran Canaria, García-Page destacó que el principal obstáculo para llegar a un acuerdo en este tema es la negativa de Cataluña a sentarse a negociar. Según el presidente castellano-manchego, si no se logra un consenso que incluya a todas las regiones, es poco probable que se llegue a una solución satisfactoria para todos.

"Si seguimos con planteamientos divididos y sin voluntad de diálogo, no iremos a ningún lado lamentablemente", concluyó García-Page, evidenciando su frustración ante la falta de progreso en un asunto tan crucial para el bienestar de todas las comunidades autónomas.