Hallazgo de grafiti de 800 años podría evidenciar conexión entre catedrales de Cuenca y Burgos

La Catedral de Santa María y San Julián de Cuenca tiene como objetivo abrir sus puertas a un público más amplio, bajo la dirección de Miguel Ángel Álvarez.

CUENCA, 3 Abr. (De María Mencías para EUROPA PRESS) -

Un importante hallazgo ha sido revelado en la Catedral de Santa María y San Julián de Cuenca, donde se han descubierto unos "grafitis escondidos" en el cimborrio que coinciden con los planos arquitectónicos de la girola de la Catedral de Burgos, según expertos. Este descubrimiento se remonta a la obra de rehabilitación del claustro y la torre del cimborrio en 2009, pero solo ahora se ha dado a conocer.

Tras una extensa investigación, se ha sugerido que el arquitecto responsable de la segunda fase de la obra de la Catedral de Cuenca es el mismo que diseñó la Catedral de Burgos, basándose en la similitud y equivalencia de los planos encontrados.

El arqueólogo e historiador Santiago David Domínguez detalló que durante la remoción de maderas en el cimborrio, se descubrió un plano grabado en una pared que corresponde a la girola de una iglesia, coincidiendo con el esquema de la girola de la Catedral de Burgos.

Según Domínguez, el desconocido maestro arquitecto detrás de la segunda fase de la Catedral de Cuenca sería el mismo Maestro Enrique, quien también trabajó en la Catedral de Burgos. Este hallazgo proporciona importantes pistas sobre la historia del arte y la arquitectura medieval en Castilla.

Además del plano de la girola de la Catedral de Burgos, se encontraron otros grafitis en el cimborrio, incluyendo diseños geométricos y dibujos posteriores a la época medieval, como oraciones y cruces.

El descubrimiento de estos grafitis arroja luz sobre la historia evolutiva de la Catedral de Cuenca, que se erige sobre las ruinas de la Mezquita Mayor de la Cuenca Islámica, un testimonio de la historia del arte desde la época islámica en la Península Ibérica.

El arqueólogo destacó la peculiar arquitectura de la catedral, colgada de una hoz, y su expansión a lo largo de los siglos XV y XVI, que obligó a modificar la estructura y colgarla de la muralla para añadir capillas y espacios.

A raíz de estos descubrimientos, se espera que la catedral atraiga a más visitantes, gracias a la labor de Miguel Ángel Álvarez, quien busca promocionar los rincones menos conocidos del templo y compartir sus tesoros con el público.