El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha rechazado la idea de que la amnistía aprobada en el Congreso de los Diputados sea considerada como una "victoria" para los independentistas, enfatizando que el perdón no se negocia, sino que se concede de manera gratuita.
En un acto institucional por el Día de la Región, García-Page anunció que solicitará al Consejo Consultivo de la región un informe sobre la mencionada Ley de Amnistía, con la esperanza de que este apoye la defensa de la región en el Tribunal Constitucional frente a lo que él considera una violación del principio de igualdad.
El presidente autonómico insistió en la importancia de que el Consejo Consultivo realice una investigación imparcial y constitucionalmente válida para determinar las posibilidades de la región de presentar su defensa ante el Tribunal Constitucional.
Enfatizó que como presidente, tiene la responsabilidad de proteger los intereses de la región frente a cualquier norma estatal que pueda afectar directamente a sus competencias.
Aunque reconoció la importancia de respetar las decisiones democráticas mayoritarias, García-Page mantuvo su postura de discrepancia, argumentando que el perdón no puede ser utilizado como moneda de cambio y que no puede ser concedido como resultado de un chantaje.
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