Page destaca a Castilla-La Mancha como un bastión de estabilidad frente al "frentismo" y la corrupción.
En un discurso que se extendió por más de tres horas, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, inauguró el segundo Debate sobre el Estado de la Región de esta legislatura destacando las virtudes de su Comunidad Autónoma, a la que describió como un baluarte de "honestidad" y "corrupción cero".
Durante su intervención, que comenzó pasadas las 10:30 horas, el líder regional enfatizó que Castilla-La Mancha sirve como un modelo para el resto de España, lejos de las divisiones políticas y los escándalos de corrupción. Aseguró que, en el marco de un sistema democrático, su intención es escuchar y responder a sus críticos sin caer en descalificaciones.
García-Page manifestó su compromiso con un gobierno "fiable", que reconoce sus errores y busca enmendarlos, mientras reafirma su determinación de llevar a cabo lo prometido. Esta actitud fue ejemplificada con el desarrollo del nuevo Estatuto de Autonomía, actualmente en discusión en el Congreso, que, según él, refleja el "orgullo" de Castilla-La Mancha y la autoestima de sus ciudadanos.
El presidente destacó que este nuevo marco legal, aunque no será aprobado por unanimidad, cuenta con un amplio consenso y se alinea con los principios de la Constitución. "No hemos utilizado la autonomía para exhibir logros personales, sino para mejorar la vida de nuestras gentes, algo que depende de nuestro compromiso y esfuerzo", afirmó García-Page.
En su análisis sobre la región, subrayó que el nuevo Estatuto protegerá los servicios públicos esenciales y las iniciativas dirigidas a la igualdad y la lucha contra la violencia de género, considerándolo un instrumento fundamental para el bienestar social.
García-Page hizo un llamado a mantener el consenso en los debates parlamentarios en torno al Estatuto, argumentando que el diálogo constructivo es esencial en esta fase final. En su discurso, advirtió que Castilla-La Mancha se distancia de los comportamientos hostiles y faltos de respeto que a menudo se observan en el Congreso, apuntando que este tipo de actitudes no benefician a la sociedad.
Asimismo, expresó su preocupación por la crispación política generada por algunos líderes, señalando que esta dinámica es perjudicial para el país. Subrayó que en Castilla-La Mancha se trabaja para evitar el "populismo" y el "frentismo demagógico", y se comprometió a seguir siendo leales a la Constitución y críticos con quienes se desvían de sus principios, sin importar su origen.
El discurso culminó con una firme defensa de la "honestidad en el bolsillo y en la palabra", enfatizando que su gobierno sigue comprometido con mantener un ambiente de "cero corrupción" en la región.
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