TOLEDO, 2 de diciembre.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado sus mejores deseos para la nueva Ejecutiva del PSOE, subrayando que, a pesar de tener algunas discrepancias, es de interés colectivo que su gobierno tenga éxito. En sus propias palabras, "en su éxito está el éxito de la mayoría", lo cual refleja su enfoque en la unidad y el progreso regional.

Al ser interrogado por la prensa tras la presentación y firma del Programa de Apoyo Activo al Empleo de Castilla-La Mancha 2025, que tuvo lugar en el Palacio de Fuensalida, García-Page ha hecho hincapié en que el último Congreso Federal del PSOE ha mostrado una notable falta de autocrítica, un problema que, según él, no es nuevo. “No solo en este congreso”, ha matizado, “ya llevamos así bastantes años”. En este sentido, insistió en que “la autocrítica es esencial para la salud de cualquier sistema”, implicando la necesidad de una reflexión interna para mejorar.

En relación con la controversia sobre la cacería denunciada por algunos miembros del PSOE en contra de Pedro Sánchez, el presidente de la Junta ha dejado claro su respaldo a la caza, destacando que Castilla-La Mancha es una tradicional región cinegética. Sin embargo, aclaró que no es un cazador: “No sé quién cazará, pero yo no”.

García-Page compartió un detalle personal, mencionando que tiene “un pequeño defecto” que le impide ver con el ojo derecho desde su nacimiento, lo que le imposibilita disparar. También reveló que no hizo el servicio militar, ya que fue declarado "inútil total" para ello, por su condición visual. “Además, aunque disparara, no tengo en la diana a ninguna persona en concreto”, puntualizó, dejando claro que su postura es más filosófica que práctica.

Finalmente, el presidente concluyó que “muchos ciudadanos” han percibido al PSOE como un partido que ha adoptado una postura de victimismo durante este congreso. “Se trata de ganar las elecciones en la calle, no en el sótano”, advirtió, enfatizando la importancia de conectar con la voluntad popular y no dejarse llevar por dinámicas internas que restan al verdadero objetivo político.