Un escándalo ha estallado en Cuenca, donde la Guardia Civil ha puesto al descubierto la actividad ilícita de un instructor de autoescuela que impartía clases mientras tenía el permiso de conducción retirado en dos ocasiones. La detención se llevó a cabo mientras el profesor se encontraba en plena lección con un alumno que aspiraba a obtener su licencia de conducción de tipo B.

El individuo, cuya conducta pone en tela de juicio la seguridad vial, enfrenta serias consecuencias legales, que incluyen hasta seis meses de prisión, multas que podrían ascender de 12 a 24 meses, y la opción de realizar trabajos comunitarios que oscilan entre 31 y 90 días. Además, se le impondrá la prohibición de conducir vehículos y ciclomotores por un periodo que podría variar entre uno y cuatro años, según lo indicado por un comunicado de la Guardia Civil.