El comité de trabajadores de Repsol Lubricantes y Asfaltos, ubicado en Puertollano (Rlesa), ha decidido cancelar la huelga indefinida que había comenzado el 7 de octubre. Esta decisión se toma en el contexto de la búsqueda de un acuerdo que equalice los derechos de los trabajadores, pero ha estado influenciada por el temor a perder sus empleos.

En un comunicado al que tuvo acceso Europa Press, el comité aclaró que la decisión se debe a las recientes declaraciones de la empresa en los medios. En estas manifestaciones, Repsol advirtió sobre las posibles consecuencias económicas que podrían afrontar los empleados que participen en la protesta. Además, se menciona una demanda presentada por la compañía que alegaba la posibilidad de que la huelga fuera considerada ilegal. Esto ha llevado a los representantes de los trabajadores a sentir la necesidad de desconvocar la huelga por razones de seguridad laboral.

El comité también reveló que estaba dispuesto a llevar las conversaciones hacia un tercer convenio colectivo de Rlesa, bajo la condición de que la empresa desistiera de su demanda. Sin embargo, la dirección se negó a aceptar esta propuesta, exacerbarndo la tensión entre ambas partes.

El comité de empresa asegura que su principal compromiso es velar por los intereses de sus representados, pero es consciente de que debe tomar decisiones que no comprometan su estabilidad. La continuación de la huelga en un clima de intimidación y bloqueo por parte de la empresa podría traer más perjuicios económicos para los trabajadores, lo que ha llevado a esta difícil decisión.

Al respecto, enfatizan que la cancelación de la huelga se fundamenta en el "miedo" y la "responsabilidad". Tienen miedo de que la protesta pueda poner en riesgo los puestos de trabajo y se sienten responsables de las pérdidas potenciales que la empresa pudiera sufrir, así como de los compañeros que eligieron participar en la huelga.

En otro comunicado dirigido a la prensa, el comité resalta el "coraje, unión, determinación y resiliencia" que sus miembros han demostrado durante este proceso. Consideran que han salido fortalecidos y que la experiencia adquirida será clave para seguir defendiendo sus derechos en el futuro. Aseguran que han luchado con toda su fuerza, mostrando que no se dejarán amedrentar.

Finalmente, indican que no consideran haber perdido ninguna batalla, dado que su intención nunca fue entrar en conflicto. Bajo su perspectiva, la empresa no es un enemigo, sino su principal fuente de sustento. Lamentan que su deseo de llegar a un acuerdo haya sido desestimado por la dirección de la compañía.