Desde Ciudad Real, el Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha ha logrado identificar variedades de vid alternativas a la Tempranillo para hacer frente al cambio climático. Dos de estas variedades, la Benedicto y la Moribel, han mostrado ser prometedoras para el futuro de la viticultura en la región.
La Tempranillo es conocida internacionalmente como la variedad tinta por excelencia de los grandes vinos de España. Sin embargo, el cambio climático ha impactado negativamente en sus producciones en algunas zonas vitivinícolas del país, por lo que la búsqueda de alternativas sostenibles es urgente.
Las investigaciones realizadas por el Ivicam han demostrado que, sin comprometer el rendimiento, tanto la variedad Benedicto como la Moribel, emparentadas con la Tempranillo, podrían ser más adecuadas para el cultivo en condiciones de estrés térmico y sequía.
Estos estudios apuntan a la necesidad de explorar nuevas opciones para la viticultura en regiones semiáridas, ante la creciente presencia de condiciones ambientales limitantes.
Investigaciones detalladas sobre estas variedades, realizadas en el marco de una tesis doctoral en colaboración con la UCLM y el Iriaf, revelan que la Benedicto presenta cualidades superiores a la Tempranillo, posicionándose como una alternativa destacada para el futuro de la viticultura en la región.
La Moribel, por su parte, también supera a la Tempranillo en atributos como la acidez y el pH, lo que le otorga un valor adicional. La preferencia de los catadores por los vinos de Benedicto y Moribel confirma que estas variedades podrían incluso mejorar las características de los vinos actuales obtenidos bajo condiciones ambientales desafiantes.
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