El sector del olivar, ante una crisis sin precedentes

ALBACETE, 15 de noviembre.

Durante una reciente intervención, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Julián Martínez Lizán, alertó sobre el grave impacto que la DANA ha tenido en la región, afectando a unas 22.000 hectáreas de cultivos y generando pérdidas de hasta un 30% en las cosechas. Esta situación pone de manifiesto la fragilidad del sector agroalimentario en una comunidad que depende en gran medida de su producción agrícola.

Estas declaraciones se realizaron en el Foro Agro, un evento organizado por el diario La Tribuna de Albacete junto con Banco Santander, donde también se contó con la presencia de expertos del ámbito agrícola, como el Director Territorial de Banco Santander en Castilla-La Mancha, Francisco Piña, y la directora del Instituto Técnico Agronómico Provincial (ITAB), Mabel Garrido. Este encuentro sirvió para poner en la mesa las inquietudes y desafíos a los que se enfrenta el sector.

Martínez Lizán señaló que el desastre ha golpeado especialmente a 85 municipios, destacando localidades como Letur, Mira y Villel de Mesa, donde las inundaciones han arrasado infraestructuras y han producido pérdidas materiales significativas en las explotaciones agrícolas. Este escenario lamentable incluye no solo daños económicos, sino también la pérdida de vidas humanas, lo que requiere una respuesta contundente por parte de las autoridades.

En este contexto crítico, el sector del olivar se sitúa en la primera línea de los perjudicados, lo que ha llevado al Gobierno regional a implementar dos decretos específicos dirigidos a ofrecer apoyo a los agricultores afectados, además de anunciar futuras medidas desde la Consejería de Agricultura. La situación exige que se actúe de manera rápida y eficaz para mitigar el impacto de estos desastres naturales.

En términos de apoyo financiero, el consejero de Agricultura ha anunciado que se contemplará una inyección de casi un millón de euros en las modificaciones presupuestarias necesarias para recuperar las infraestructuras dedicadas tanto a ganaderos como a agricultores en las áreas más afectadas. Esta acción refleja un compromiso evidente por parte del Gobierno regional para restaurar el tejido productivo destruido por las inundaciones.

Además, se ha añadido que el mismo día se iniciarán los pagos de anticipos de ayudas de la PAC, alcanzando un total de 17 millones de euros destinados a ganaderos de ovino, tanto en lo referente a producción de carne como a la de leche, así como ayudas para las rastrojeras. De este modo, se prevé que los anticipos acumulen una cantidad récord de 371 millones de euros, lo que constituiría un hito sin precedentes, destacándose la relevancia de estas medidas tomadas antes de finalizar noviembre.

En el foro, Martínez Lizán también puso en relevancia iniciativas innovadoras como el bono de emprendimiento rural, que ha promovido la inclusión de 4.000 nuevos emprendedores en el sector agroalimentario. Este impulso económico busca rejuvenecer el campo y contribuir a la fijación de población, un desafío demográfico que ocupa un lugar destacado en la agenda del Gobierno regional.

El consejero defendió la importancia del sector agroalimentario en la economía de Castilla-La Mancha, donde representa una de cada cinco unidades económicas y un tercio de las exportaciones totales de la región. En este sentido, destacó el éxito del queso manchego y del auge del sector vinícola, que se acerca a las 25 denominaciones de origen. Mientras otras regiones recurren a subvenciones para reactivar viñedos, Castilla-La Mancha ha registrado ventas históricas, especialmente en el vino blanco.

Asimismo, se señaló el avance de nuevos cultivos gracias a estrategias como la expansión del pistacho, que abarca ya 70.000 hectáreas en la región, aunque solo el 6% está en producción actualmente. Esta planta se vislumbra con un futuro prometedor, lo que ha impulsado su adopción en la superficie agrícola regional.

Sin embargo, la ganadería enfrenta una serie de desafíos críticos, según el consejero, destacando problemas como la tuberculosis y la lengua azul, que han impactado a 43 explotaciones. Ante esta adversidad, el Gobierno ha asegurado 200.000 vacunas a través del Ministerio de Agricultura para ayudar en la contención de estas enfermedades, con la esperanza de que los problemas disminuyan en los próximos meses.

Francisco Piña, director territorial de Banco Santander en la región, enfatizó el compromiso del banco con el sector agroalimentario, con iniciativas de financiación que superan los 140 millones de euros, además de la creación de 18 puntos de venta especializados. Esto destaca la relevancia de la colaboración entre el sector privado y el agrícola para abordar los retos financieros actuales.

Durante el encuentro, también se celebró una mesa redonda donde expertos discutieron los últimos avances en tecnología y ciencia aplicados al sector agroalimentario. Mabel Garrido mencionó las investigaciones recientes en cultivos como el almendro y el pistacho, enfatizando su potencial como pilares del futuro agrícola de la región. Además, se subrayó la importancia del banco de germoplasma, encargado de preservar especies y variedades que podrían adaptarse mejor a los cambios climáticos que se están experimentando.

En un contexto donde la digitalización comienza a jugar un papel esencial, el consejero delegado de Agrokaam resaltó la necesidad de adaptar el sector a una nueva realidad tecnológica. La recogida y análisis de datos, así como la incorporación de inteligencia artificial, son determined respecto a cómo se gestionan recursos y cultivos, con el fin de maximizar rendimientos y optimizar la producción agrícola.

Por último, la directora de Negocio Agroalimentario de Banco Santander, Lorena Ruiz, recalcó igualmente la importancia del uso de tecnología en la producción alimentaria. Resaltó que la agricultura tiene un papel crucial no solo en la alimentación de la población española, sino también en la de otras regiones del mundo. Con ello, la innovación se presenta como una necesidad imperativa para enfrentar los retos demográficos globales y asegurar la sostenibilidad del campo castellano-manchego ante los cambios venideros.