ALBACETE, 7 de abril. La Guardia Civil de Tobarra ha llevado a cabo una notable operación, conocida como 'STONE1', resultando en la detención de cuatro individuos y la investigación de otros tres, todos ellos en relación con una serie de delitos de estafa. Los cargos incluyen dieciséis acusaciones de fraude, un delito por la fabricación y distribución de software destinado a realizar estafas, blanqueo de capitales y pertenencia a una organización criminal.
Las investigaciones comenzaron en octubre de 2024, cuando se dio aviso a la Guardia Civil sobre un caso de suplantación de identidad. Se sospechaba que un individuo había asumido la identidad de un empleado de un banco para estafar a una víctima, logrando robarle la suma de 2.990 euros a través de un engaño por mensaje de texto, técnica conocida como 'smishing'.
Los efectivos que trabajaron en el caso, desde el inicio de la investigación, lograron rastrear el paradero del dinero defraudado y la identidad de quienes lo recibieron. Esto llevó a los investigadores a seguir el rastro de las transacciones, descubriendo que los fondos habían sido transferidos a otras personas y a cuentas de criptomonedas.
La organización desarticulada estaba compuesta por dos grupos distintos. El primero incluía a cinco individuos responsables de recibir los fondos de las estafas. Luego, estos enviaban el dinero a cuentas bancarias de otros miembros del segundo grupo o a plataformas de criptomonedas. Estos últimos eran responsables de retirar el dinero en cajeros automáticos y de redirigir el resto a cuentas de criptomonedas.
Tras un exhaustivo trabajo de investigación, se ha confirmado que estas siete personas participaron en un total de dieciséis estafas, empleando diferentes métodos que fueron denunciados en varias unidades de la Guardia Civil a lo largo del país. La actividad delictiva generó a la organización criminal más de 66.700 euros, según se detalla en el comunicado de la Guardia Civil.
Uno de los métodos más utilizados por los estafadores fue suplantar la identidad de un banco a través de mensajes de texto, orillando a la víctima a realizar transferencias por supuestas fallas en la seguridad de la entidad. Asimismo, se implementó un esquema que involucraba mensajes desde aplicaciones de mensajería, haciéndose pasar por familiares en apuros que necesitaban dinero urgente.
Otra táctica empleada consistía en ofrecer artículos a la venta en plataformas online, utilizando la apariencia y datos de empresas legítimas para engañar a los consumidores. Las víctimas realizaban los pagos, pero nunca recibían los productos que habían comprado.
La investigación, dirigida por el Equipo de Investigación de la Guardia Civil de Hellín, ha sido remitida al Juzgado de Instrucción de la localidad, que se encuentra en funciones de guardia, para los debidos procedimientos legales.
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