CIUDAD REAL, 3 de noviembre. El nuevo obispo de Ciudad Real, Abilio Martínez Varea, ha expresado su intención de despolitizar el tema del aborto, instando a tratarlo con mayor calma y enfoque ético. Este mensaje fue transmitido en su primera aparición pública durante un desayuno informativo organizado por el medio Lanza en la capital provincial.

Asumió el cargo el pasado 27 de septiembre, tras la jubilación de su predecesor, y en el encuentro destacó que la postura de la Iglesia se centra en la protección de la vida como un derecho fundamental. “La vida es el cimiento sobre el cual se construyen todos los demás derechos”, enfatizó el obispo.

Martínez Varea reiteró la visión de la Iglesia sobre los no nacidos, describiéndolos como “personas vulnerables” que merecen respeto y protección. Explicó que el papel de la institución católica en el debate social debe ser el de fomentar un diálogo razonado, dejando de lado las ideologías en favor de discusiones basadas en ética, sociología y medicina.

El obispo ha señalado también la importancia de implementar políticas que apoyen a las mujeres embarazadas, brindando alternativas y asistencia a quienes enfrentan decisiones difíciles. “Buscamos defender a la madre que está esperando y fomentar un entorno que le permita continuar con su embarazo en lugar de optar por interrumpirlo”, afirmó, subrayando la necesidad de respaldo continuo para las mujeres.

En el transcurso del evento, también se trató la actual controversia respecto a la objeción de conciencia de los profesionales de la salud en relación a las interrupciones voluntarias del embarazo, a raíz de la propuesta del Ministerio de Sanidad de establecer un protocolo para garantizar el acceso a estos servicios en todo el país.

Además, el obispo abordó la conexión entre los jóvenes y la Iglesia, a colación de fenómenos culturales recientes, como la película "Los Domingos" y la canción “Berghain” de Rosalía. Estos han abierto un nuevo espacio de diálogo sobre la espiritualidad y el retorno de símbolos religiosos en la cultura contemporánea.

Aunque no ha escuchado el tema de Rosalía, Martínez Varea mostró interés por el movimiento cultural que surge a su alrededor, sugiriendo que podría haber un resurgimiento del interés por la fe entre los jóvenes, motivado por un deseo de buscar aspectos espirituales en un mundo materialista y el anhelo de comunidad en un entorno digitalmente aislante.

El obispo subrayó que el énfasis en la materialidad ha llevado a un detrimento de la espiritualidad, argumentando que “la humanidad es más que una suma de reacciones químicas”. Resaltó cómo las redes sociales, aunque útiles, no satisfacen las necesidades de conexión humana, algo que la Iglesia puede proporcionar al ser un espacio de encuentro y diálogo.

En relación a la actualidad del Seminario Diocesano, Martínez Varea destacó que actualmente cuenta con siete nuevos seminaristas, elevando el total a 19. Considera que esta cifra es alentadora y que un crecimiento constante en las vocaciones podría convertir al seminario en un referente en el país.

Por otro lado, el obispo anunció la inminente restauración del Convento de la Asunción de Almagro, popularmente conocido como el convento de los Dominicos, gracias a un acuerdo con un empresario local. Este acuerdo implica una inversión millonaria y facilitará la creación de una escuela de formación sanitaria que beneficiará a la comunidad.

El prelado enfatizó que, a pesar de la rehabilitación, se asegurará que ninguna actividad innecesaria para la moral de la Iglesia se desarrolle en el recinto, viendo en este proyecto una oportunidad clave para revitalizar Almagro y preservar un patrimonio histórico importante.

Finalmente, Martínez Varea compartió su origen humilde y su trayectoria, reconociendo la influencia de los sacerdotes de su ciudad natal en su vocación. Durante su tiempo en la Diócesis de Osma-Soria, valoró la cercanía de la comunidad en una región despoblada, y al llegar a Ciudad Real, encontró “una diócesis viva” con un panorama pastoral dinámico y prometedor.