Crónica Castilla-La Mancha.

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Agricultores de Guadalajara expresan su preocupación por escasez de cosechadoras debido a restricciones por riesgo de incendios.

Agricultores de Guadalajara expresan su preocupación por escasez de cosechadoras debido a restricciones por riesgo de incendios.

GUADALAJARA, 23 de julio.

En la provincia de Guadalajara, los agricultores están experimentando una recolección que, aunque se previó prometedora, llega con un significativo retraso. Este desfase se atribuye, en gran parte, a la escasez de maquinaria cosechadora disponible, exacerbada por las restricciones impuestas por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, relacionadas con el riesgo de incendios.

Juan José Laso, presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Guadalajara (APAG), reveló a Europa Press que la situación se complica aún más con la reciente pérdida de alrededor de 20.000 hectáreas debido a tormentas de granizo, lo que ha generado una significativa preocupación entre los productores.

Los agricultores se encuentran en un estado de incertidumbre y ansiedad. Laso manifestó que, a pesar de la necesidad urgente de recolectar la cosecha, la falta de maquinaria está provocando frustración entre los labradores, quienes sienten que no pueden llevar a cabo su labor adecuadamente.

“Las máquinas disponibles son escasas y su rendimiento es lento”, declaró Laso, destacando que las restricciones implementadas durante varios días han perjudicado aún más las labores de recolección en ciertas regiones.

La falta de interés de los cosechadores por trabajar en Guadalajara se ha concretado en un incremento de costos, lo que añade una carga adicional a los ya preocupados agricultores. Con apenas un 40-50% de las cosechas de cereales recogidas, Laso reconoció que, aunque el rendimiento es prometedor, no es homogéneo en todas las áreas.

Particularmente en la Campiña, poblaciones como Usanos, Viñuelas, El Casar, Cubillo y Casas de Uceda están experimentando rendimientos más bajos, resultado de un exceso de agua en marzo y el impacto de las tormentas de granizo.

Laso lamentó nuevamente la falta de respuestas de la Consejería de Desarrollo Sostenible, que le ha indicado que se está considerando una resolución para aliviar las restricciones de recolección en caso de riesgo extremo.

El presidente de APAG expresó su frustración, cuestionando la lógica detrás de la evaluación del riesgo extremo de incendio, señalando la falta de claridad en los criterios utilizados para tales determinaciones.

A su juicio, el aumento de la masa forestal en la provincia es consecuencia directa de la disminución de ganaderos, quienes ya no manejan el entorno como se hacía antes. Criticó las extensas restricciones que han limitado la gestión rural y la producción de leña, argumentando que los incendios no se resuelven únicamente con la intervención de los bomberos, sino que requieren una gestión activa del entorno natural.

El cambio climático también se siente en Guadalajara, donde la época de cosecha ha cambiado drásticamente. Años atrás, la siega comenzaba en julio, pero ahora se realizan inicios en junio debido a los ciclos agrarios que se han acortado y un clima más cálido.

En cuanto a la reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC), APAG expresó su descontento, advirtiendo que su implementación podría llevar a la ruina del sector, en especial en provincias como Guadalajara, que dependen en gran medida del secano.

La esperanza de Laso es que esta reforma no se concrete, subrayando que no solo los agricultores serán afectados, sino también los consumidores, al prever un incremento en los precios de los alimentos si la producción disminuye.