
GUADALAJARA, 29 de abril.
Este fin de semana, cerca de 700 pasajeros se vieron obligados a abandonar dos trenes de alta velocidad que se dirigían a Madrid, debido a un apagón que impidió que los convoyes llegaran a su destino. La evacuación tuvo lugar en la estación de Yebes, en Guadalajara, y muchos de los afectados pasaron la noche en el Palacio Multiusos de la ciudad y en algunos hoteles cercanos, mientras que otros fueron trasladados a la residencia Los Olmos. Este martes, se organizó el transporte hacia Madrid mediante una flota de autobuses.
La subdelegada del Gobierno en Guadalajara, Susana Cabellos, abordó la situación en una conferencia de prensa, donde destacó la magnitud del desafío logístico que enfrentaron debido al apagón. En su intervención, subrayó la colaboración entre las distintas administraciones y el crucial papel de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la gestión de la crisis.
Cabellos resaltó el trabajo conjunto de la Diputación Provincial y la Junta de Comunidades, quienes llevaron a cabo un primer triaje entre los pasajeros. Se priorizó la evacuación de unas 80 personas vulnerables, incluidos bebés, ancianos y individuos con discapacidades, que fueron trasladados a lugares seguros en Guadalajara.
Aunque la mayoría de los pasajeros fueron dirigidos al Palacio Multiusos, algunos optaron por permanecer en los trenes por la noche. Todos los afectados pudieron regresar a Madrid el martes por la mañana gracias a la activación de los autobuses de evacuación.
Durante el transcurso de la evacuación, las Fuerzas de Seguridad, junto con Protección Civil y los servicios de bomberos, proporcionaron asistencia básica a los pasajeros, incluyendo agua y comida, a pesar de las difíciles circunstancias derivadas de la falta de comunicaciones. Se realizó un esfuerzo significativo para garantizar que todos recibieran, al menos, una cena adecuada.
A pesar del caos asociado con el apagón, no se registraron incidentes importantes en Guadalajara ni en la provincia, lo que incluye una total ausencia de saqueos. Sin embargo, se necesitó trasladar algunas personas al Hospital de Guadalajara por problemas médicos, además de atender a aquellos que requerían de suministros como oxígeno para sus condiciones de salud.
El despliegue de la Guardia Civil también fue fundamental: realizaron patrullas por diversas localidades de la provincia y establecieron contacto con ciudadanos en centros de salud, llevando oxígeno a quienes lo necesitaban. Además, Bienestar Social se encargó de trasladar a seis ancianos al hospital por cuidados especiales.
En cuanto a la restauración del suministro eléctrico, la subdelegada confirmó que, aunque algunas localidades como Brihuega y Trijueque permanecieron sin luz hasta este martes, parece que el servicio ha sido restablecido en toda la provincia. No obstante, advirtió que el país aún se encuentra en una fase de recuperación, que podría experimentar "oscilaciones", instando así a la población a mantener la calma y la paciencia durante la transición hacia la normalidad.
La subdelegada compartió información con los medios sobre la evolución de la emergencia y las acciones tomadas a lo largo del lunes y martes, asegurando que la provincia está avanzando de manera "progresiva" hacia la normalización. Reiteró la importancia de la colaboración ciudadana en momentos de crisis.
Cabellos afirmó que se ha logrado un nivel significativo de normalización, aunque aún quedan pasos por dar. Destacó la efectiva coordinación entre las distintas administraciones en el manejo de esta situación. Asimismo, el personal de las Fuerzas de Seguridad ha trabajado incansablemente, a menudo duplicando o triplicando turnos, para mantener el orden y ofrecer ayuda durante la emergencia.
La Policía Nacional estableció un Centro de Coordinación en su comisaría y activó dos planes de emergencia paralelos: uno por el apagón y otro relacionado con la central nuclear de Trillo. La subdelegada intentó tranquilizar a la población al confirmar que este último plan se desactivó por la mañana, ya que la planta ya se encontraba en pausa de recarga, lo que generaba confianza en el manejo de la crisis.
La noche fue un desafío adicional, dado que la falta de alarmas en negocios y la oscuridad podrían haber favorecido actos delictivos. Sin embargo, estuvo en vigor un extenso operativo de seguridad que aseguró que no hubo incidentes. "En Guadalajara solo iluminaban nuestras sirenas de patrulla", declaró orgullosa Cabellos.
Finalmente, la subdelegada valoró la labor de todas las administraciones, de Protección Civil, Bomberos y Cruz Roja, y llamó a la comprensión y la paciencia del público mientras la vida vuelve a la normalidad. "Después de 24 horas, podemos decir que el país está alcanzando niveles óptimos de recuperación", concluyó, aunque no descartó la posibilidad de que surjan nuevas incidencias en el futuro.
"Lo sucedido evidencia nuestra vulnerabilidad, pero vivimos en un siglo XXI donde estar preparados para emergencias es un deber ciudadano", concluyó, subrayando la importancia de la responsabilidad colectiva.
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