
Un reciente incendio en Peñalba de la Sierra, situado en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, sigue activo desde la madrugada del pasado domingo. A pesar de que el fuego ha sido contenido en su mayoría, se prevé que las combustiones subterráneas en las capas de turba requieran vigilancia adicional durante al menos un mes.
Según Miguel Aguilar, jefe del Servicio de Incendios de la Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible, el plan de acción ha mostrado resultados exitosos hasta ahora. Hoy, el dispositivo de control continuará en funcionamiento, con una estimación de que el área afectada podría aumentar solo ligeramente, en torno a 12 o 15 hectáreas, ya que el fuego se encuentra cerca de su estabilización.
El origen del incendio se atribuye a un rayo en la madrugada del domingo, cuando las condiciones de niebla impidieron el uso de medios aéreos. Esto favoreció una rápida propagación del fuego en una zona montañosa con acceso limitado para los equipos de extinción terrestre.
En el primer día de combate contra el fuego, se quemaron aproximadamente 120 hectáreas, mientras que el número total de hectáreas afectadas ha ascendió a 734. Sin embargo, según el delegado, no se anticipa que la superficie quemada crezca significativamente en los próximos días.
La vegetación afectada se compone principalmente de matorral de baja altura, que tiene una notable capacidad de recuperación. Aguilar destacó que, desde un punto de vista medioambiental, la naturaleza se recuperará rápidamente, y en poco tiempo no se notará que ocurrió un incendio de esta magnitud.
El operativo contra incendios ha sido impresionante, con la movilización de hasta 18 helicópteros, 6 aviones anfibios y brigadas helitransportadas de diversas comunidades autónomas y del Ministerio para la Transición Ecológica. Actualmente, 25 medios aéreos trabajan en conjunto con los equipos terrestres, cuyo papel consiste en apoyar actividades logísticas, como el llenado de balsas de agua para descargas.
Frente a las críticas del sindicato CCOO sobre la inactividad de los retenes forestales durante las primeras horas del incendio, el delegado subrayó que la prioridad ha sido siempre la seguridad del personal y de la población. García enfatizó que no se pondrá en riesgo a los trabajadores, especialmente dada la opinión de Aguilar de que el despliegue de brigadas terrestres desde el inicio habría sido "temerario" por la falta de vías de escape. "La estrategia inicial fue la adecuada. Este incendio requiere una intervención precisa", destacó.
A medida que la situación avanza hacia su fase final, el mayor reto será controlar las combustiones subterráneas en la turba, las cuales podrían seguir reproduciéndose aunque el fuego visible haya sido extinguido. Aguilar mencionó que la vigilancia del incendio podría extenderse hasta un mes debido a esta problemática.
Desde la Delegación de Desarrollo Sostenible, se aborda la situación con cautela. El objetivo inicial es estabilizar el fuego, lo cual podría ocurrir en pocas horas, seguido del control entre 24 y 48 horas después, y la extinción total en unos pocos días.
García insistió en la necesidad de transmitir tranquilidad a los residentes de la comarca, afirmando que "la seguridad está garantizada". Hizo un llamado a la población para que confíen en los profesionales y eviten situaciones de riesgo, destacando que esa es la mejor colaboración que pueden ofrecer en estos momentos críticos.
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