El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado su firme convicción de no tener que pedir disculpas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por sus críticas y considera que debió haber una "posición negociadora más dura". Estas declaraciones las ha hecho durante su participación en el programa 'Salvados' de La Sexta.

García-Page ha manifestado sus dudas sobre la duración de la legislatura que acaba de comenzar en el Congreso y se muestra "muy escéptico" sobre el impacto positivo de la futura amnistía en el proceso de reconciliación. Según él, la legislatura se divide en dos partes, una hasta que Carles Puigdemont llegue tranquilamente, y la otra una vez que esté aquí.

El presidente de Castilla-La Mancha critica que el PSOE haya planteado la amnistía por exigencia de Puigdemont y considera que el derecho a decidir no puede ser arrogado por una sola parte. Además, pone en duda que la amnistía logre la reconciliación debido a tres factores: los beneficiados podrían volver a actuar de la misma forma, los mismos que se benefician son los que la aprueban y el Gobierno la declaró inconstitucional en su momento.

García-Page también critica la supuesta deslealtad de Pedro Sánchez a su programa electoral y manifiesta su desacuerdo con la forma en que algunos políticos cambian de opinión una vez que están en el poder. Para él, no es lo mismo si el PSOE hubiera planteado la amnistía desde una posición de mayoría absoluta que la firma y aprueba junto a aquellos que son amnistiados.

En relación a los diputados socialistas, asegura que no tuvo dudas sobre cómo iban a votar y reconoce que si hubiera tenido que votar él mismo, probablemente hubiera abandonado su escaño. Además, revela que no ha tenido ninguna duda sobre los votos en el Congreso, pues conoce muy bien a sus compañeros de partido.

En cuanto a Carles Puigdemont, García-Page asegura que no le perdonaría lo que hizo y considera que es el culpable de la situación actual en Cataluña. Por otro lado, afirma haber mantenido una posición negociadora más dura desde el principio y critica que se haya mostrado una postura de querer gobernar a cualquier precio.

El presidente de Castilla-La Mancha niega rotundamente haber pensado en pedir perdón a Pedro Sánchez por sus críticas y aclara que él tampoco lo ha hecho. Además, descarta la posibilidad de convertirse en secretario general del partido y asegura que no ha quedado solo defendiendo su posición.

Por último, puntúa su relación con Pedro Sánchez con un 8 en temas de política social, pero apenas un 2 en temas de unidad nacional y acuerdos territoriales. Su relación con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, es meramente de cortesía institucional y la puntúa con un 5.