En las últimas semanas, el coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha aprovechado su visita a Castilla-La Mancha para solicitar al gobierno autonómico que avance en la creación de un segundo plan destinado a combatir la pobreza y la exclusión social. Estas declaraciones se produjeron en un evento reciente en Toledo, donde el dirigente expresó su preocupación por las cifras alarmantes que la región ha mostrado en estos aspectos.

Maíllo señaló que en los dos últimos años, la tasa de pobreza en Castilla-La Mancha ha aumentado considerablemente, alcanzando un preocupante 34%. Esto significa que uno de cada tres habitantes de la comunidad se encuentra cerca del umbral de la pobreza. En términos de exclusión social, casi un 9% de la población, según el líder de IU, vive en condiciones de extrema precariedad.

Desde Izquierda Unida, se subraya la urgencia de finalizar este plan, considerándolo como una responsabilidad ineludible del gobierno regional. Maíllo ha dejado claro que esta es una de sus principales prioridades.

Además, el coordinador de IU ha abordado otro tema crucial relacionado con la geopolítica en la región: la proliferación de macrogranjas. Según sus palabras, Castilla-La Mancha, junto a Extremadura y Castilla y León, se ha convertido en un objetivo de fondos de inversión que, en su opinión, no buscan mejorar la situación agrícola y ganadera local, sino aprovecharse de los recursos de una manera que no beneficia a la población.

Maíllo también enfatizó la necesidad de encontrar alternativas a este modelo extractivista que, a su juicio, no aporta valor al territorio y resulta perjudicial para las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales.

En otro orden de ideas, el coordinador de IU se refirió a los recientes comentarios del presidente García-Page sobre la posibilidad de impugnar el reparto del impuesto a la banca, considerándolo más preocupante que buscar un consenso. Maíllo lamentó que el presidente no haya mostrado la misma determinación para impulsar un impuesto sobre las energéticas, que a su juicio, habría beneficiado las finanzas de Castilla-La Mancha.

Finalmente, en cuanto a la reciente coalición entre García-Page y la presidenta extremeña, María Guardiola, Maíllo indicó que, tras esos acuerdos, una vez García-Page deje su cargo, la derecha no encontrará obstáculos que desmontar, ya que las decisiones tomadas hasta ahora no habrán generado tensiones significativas con el Partido Popular.