Pérez-Reverte desvela en Toledo la octava aventura de Alatriste, ambientada en el París de los mosqueteros.
TOLEDO, 6 de noviembre. Un gran evento tuvo lugar este jueves en la Universidad de Castilla-La Mancha, donde el célebre autor español Arturo Pérez-Reverte conmemoró el lanzamiento de la octava entrega de su emblemática serie sobre el Capitán Alatriste. Esta nueva aventura del icónico personaje llevará a los lectores al París de los mosqueteros, en un acto que formó parte del Festival del Cine y la Palabra (CiBRA 2025) y se celebró en el Paraninfo Envases de Cartón.
Frente a un auditorio lleno de estudiantes de diversos institutos, como IES 'Juanelo Turriano' y IES 'El Greco', Pérez-Reverte describió a Alatriste como “un viejo amigo”, subrayando la evolución del personaje desde su debut en 1996. El autor manifestó que ha establecido un vínculo profundo con su creación a lo largo de los años.
“Un personaje es como un amigo con el que compartes mucho tiempo”, reflexionó Pérez-Reverte, quien resaltó que todo el proceso de escritura, que demanda un año por entrega, crea una familiaridad innegable con los personajes. Según él, tras ocho novelas, la relación con Alatriste se convierte en algo muy cercano y personal.
Interpelado por los jóvenes presentes, el autor compartió sus pensamientos sobre la transformación de Alatriste a lo largo de sus historias. Comentó que, en la actualidad, el héroe presenta un carácter "más amargo", resultado de sus vivencias pasadas que le han conferido un tono más oscuro y reflexivo.
Esta evolución no se limita a Alatriste; también su compañero Iñigo Balboa ha experimentado cambios significativos. “Al principio, su voz era más inocente y admirativa; ahora narra desde una perspectiva de madurez”, explicó el autor, marcando cómo el crecimiento del personaje refleja una nueva forma de ver el mundo.
Pérez-Reverte también mencionó que su propio desarrollo como escritor ha influido en su aproximación a la creación literaria. Reconoció que sus obras iniciales le proporcionaron más felicidad, ya que se acercaba a ellas con una inocencia que ha perdido con el tiempo. “Aunque ahora soy un mejor escritor, echo en falta esa inocencia de mis inicios”, confesó, añadiendo que cada autor atraviesa un proceso de maduración en su carrera.
Cuando los estudiantes indagaron sobre su proceso creativo, Pérez-Reverte enfatizó la necesidad de una sólida base cultural antes de emprender la escritura. Aseguró que la creatividad se nutre de variadas experiencias, no solo literarias. “Leer, ver cine o jugar videojuegos son partes fundamentales de ese bagaje que enriquece la imaginación”, subrayó, incluso compartiendo que él también disfruta de los videojuegos, destacando cómo estos pueden tener raíces en la literatura clásica.
El autor recomendó a los jóvenes no apresurarse en sus aspiraciones literarias, enfatizando que, “nunca se puede ofrecer lo que no se posee”. Según él, el talento y la imaginación necesitan ser alimentados con conocimiento y vivencias para poder florecer adecuadamente.
En relación a la creación de personajes, Pérez-Reverte afirmó que no hay una fórmula mágica que garantice que un personaje resuene con el público. Sin embargo, destacó que la originalidad y la capacidad de un personaje para ofrecer al lector experiencias y descubrimientos únicos son clave para su éxito. “La conexión emocional con el personaje es esencial para que un libro funcione”, concluyó el autor, enfatizando la importancia de que los lectores puedan proyectarse en ellos.
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