Crónica Castilla-La Mancha.

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Romeral: medio siglo de un artista audaz que transforma el color en su lienzo.

Romeral: medio siglo de un artista audaz que transforma el color en su lienzo.

GÁLVEZ (TOLEDO), 20 de septiembre - En una conversación con José Luis López Romeral, se abren las puertas a una visión que va más allá del arte convencional. Este talentoso artista aprovecha la oportunidad para compartir sus versos, recordar momentos entrañables de su infancia, como el cante de su tío Basiliso, y reflexionar sobre las pérdidas humanas tras el alunizaje, ideas que plasmó en su intrigante serie titulada 'Astronautas', celebrando así sus 25 años en la pintura.

Han pasado otros 25 años desde entonces y el versátil creador de San Martín de Montalbán ha visto su carrera florecer, contando más de 10 exposiciones a lo largo de su medio siglo dedicándose al arte. La próxima se inaugurará el 9 de octubre en el Museo del Quijote en Ciudad Real.

“No me he cerrado a ninguna propuesta. Tengo tal variedad de obras que cada exposición puede ofrecer algo único. Estoy disfrutando del proceso de redescubrir mi trabajo y de valoro la autenticidad de cada una de mis piezas”, confiesa Romeral desde uno de los tres talleres que ha tenido en Gálvez, un lugar que mantiene un vínculo muy fuerte con su familia.

En su mundo personal, rodeado de cuadros, esculturas y piedras que evocan al Greco y a su propia serie 'Apostolado seglar', Romeral rememora cómo todo comenzó como un simple juego.

“Siempre supe que quería ser pintor. La gente decía que tenía una habilidad sorprendente para mi edad. Me sorprendía porque no tenía experiencia previa en nada”, relata este artista que, durante su infancia en una España que emergía tras la guerra, solo conoció el arte a través del Cristo de la Luz, un retablo de su iglesia que, con el tiempo, comprendería que se asemejaba al Cristo de San Plácido de Velázquez.

Fue en su etapa en Toledo, gracias a una beca en el Seminario, cuando se adentró en el “maravilloso mundo del Greco”, repleto de color y misterio. Este descubrimiento lo llevó a crear en 2014 una impresionante colección en honor al IV Centenario de la muerte del gran pintor cretense, mostrando su experimentación con el color y la forma.

Este autodidacta, influenciado por maestros como Goya y Murillo, pone énfasis en que aunque ha adquirido técnica con el tiempo, no ha perdido su mirada primitiva. “La sensación inicial que obtengo al observar algo es crucial; es la impresión que quiero capturar y preservar en el lienzo”, explica.

Sin embargo, su trayectoria en estos 50 años no ha sido lineal. Ha estado marcada por la audacia y la experimentación, empezando con el hiperrealismo inspirado en Antonio López, y evolucionando hacia una figuración más libre, donde considera que cada obra es una “ecuación” creativa de colores, técnicas y texturas.

“En aquellos tiempos había un aire de informalismo”, recuerda sobre sus años combinando su pasión por la pintura con su trabajo en la fábrica de Peugeot. Ahí, utilizó los materiales industriales que tenía a mano, interpretando elementos de su entorno, como las flechas amarillas en el suelo que simbolizaban su época y sus luchas en un país recién democráticamente vuelto.

Su amor por la pintura es solo comparable a su entrega al flamenco, una forma de arte que le ha ayudado a explorar su propia poesía. Ha escrito numerosas letras que luego cobran vida a través de milongas y soleás, evidenciando un ritmo que siempre ha existido en su interior.

“Descubrí que mis raíces son flamencas. Mi abuelo materno, Pedro, tocaba la guitarra en festejos locales, y mi tío Basiliso tenía una voz excepcional para las malagueñas y soleás. Recuerdo aquellos momentos en los que cantaba mientras recogíamos algarrobas”, rememora Romeral, quien ha tenido la suerte de trabajar con grandes figuras del cante jondo y representarlos con sus pinceles.

Un hito en su viaje creativo ha sido Santa María de Melque, ese enigmático lugar que siempre ha sido parte de su vida y que transformó su visión artística. “Desde niño, siempre lo he tenido presente. De mi mirada infantil pasé a interpretarlo desde una dimensión artística”, dice.

Solo un genuino artista como Romeral pudo dar vida a un nuevo perfil femenino tomando como base una de sus ventanas. Su obra más famosa, 'Dulcineas de Melque', ha llevado su arte a nivel internacional.

El talento de este modesto artista ha cruzado fronteras; aunque ya no recuerda cuántos países han exhibido su trabajo, sabe que su legado ha llegado a lugares como Japón, Alemania y Sudamérica.

Durante esta conversación con Europa Press, además de reflexionar sobre sus cincuenta años de trayectoria desde su primera exposición en el Ateneo Popular de Getafe, Romeral piensa en el futuro. “Quisiera volver a pintar los campos que aún hoy me emocionan, el verde seco de las encinas, los intensos rojos de las zarzas. Pero también, si un amigo lo necesita, me encantaría pintar una oveja. Es bello poder manifestar generosidad en aquello que te ha sido otorgado”, concluye con sabiduría mientras recita una de sus soleás que encapsula su visión de vida: “Agradezco al cielo la suerte que tengo, abrir los ojos me llena de alegría, y cada vez que hablo, muchos comparten mi felicidad”.