GUADALAJARA, 14 de octubre - Hoy ha comenzado el traslado de los primeros pacientes de la Unidad de Larga Estancia de Salud Mental (ULE) de Guadalajara a la Unidad Residencial y Rehabilitadora de Alcohete. Esta reubicación se ha despachado en medio de una notable protesta de los trabajadores de ambos centros, quienes se manifiestan en las calles, algunos exigiendo el cese del cierre de la ULE y otros lamentando la falta de recursos necesarios para asumir a más pacientes.
La primera parte de este plan de traslado, elaborado por la Consejería de Sanidad, se ha iniciado con la reubicación de 10 de los 19 residentes de la ULE, quienes son considerados los más capaces. Sin embargo, este proceso ha encontrado una fuerte oposición de los empleados de la unidad, quienes se han concentrado a las puertas del centro para expresar su descontento por estos movimientos, especialmente dado que muchos de los pacientes han estado bajo su cuidado durante hasta 40 años.
Se prevé que la ULE cierre sus puertas de manera definitiva el 21 de octubre, cuando se completen los traslados de los nueve pacientes restantes. Las autoridades de sanidad defienden la reubicación, asegurando que está fundamentada en criterios clínicos y psicosociales, argumentando que Alcohete es el sitio ideal para estos residentes.
Durante una conferencia de prensa, la gerente del Área Integrada de Guadalajara, Elena Martín, afirmó que los pacientes serán acompañados adecuadamente en el proceso de traslado y que se les garantiza una adaptación cuidadosa y sensible a su nueva situación.
Respecto a las protestas, la gerente indicó que podrían estar motivadas por "intereses de otra índole", señalando que el personal en la ULE, con 44 trabajadores para solo 19 pacientes, supera significativamente las cifras típicas de otros contextos médicos, como en unidades de cuidados intensivos.
En relación al futuro laboral de los trabajadores de la ULE, Martín aseguró que no habrá despidos ni cambios en los puestos de trabajo, y que los empleados tendrán la opción de elegir su nuevo destino este año y el próximo, si así lo desean. "Podrán seleccionar su puesto a través de un proceso claro y competitivo", añadió.
Sin embargo, los manifestantes consideran que esta decisión representa un cierre "precipitado e injustificado". Félix Santos, un auxiliar de enfermería con más de 30 años de experiencia en la ULE, expresó su preocupación por el impacto emocional en los residentes, algunos de los cuales han vivido en la unidad por más de 50 años, enfatizando que los trabajadores son vistos como parte de la familia de los pacientes.
La representante de UGT, Elena Díaz, instó a la Junta a reconsiderar el cierre y recordó que en Alcohete también se organizan protestas regulares para pedir recursos adicionales y mayor personal. Los trabajadores aducen que la nueva unidad no cuenta con lo necesario, como grúas para el traslado de pacientes, y critican que las habitaciones serán compartidas por cuatro residentes, lo que, a su juicio, traslada un problema de un lugar a otro. Aunque reconocen que la ratio de personal era elevada, argumentan que esto no justifica la clausura de la ULE.
"Hubiera sido posible hablar de una reestructuración, negociar algo mejor", manifestó un trabajador, reiterando su desacuerdo respecto al cierre y deseando que se hubiera buscado una solución alternativa.
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