Solicitan 8 años de prisión para imputado que dejó a un joven en coma de un golpe tras salir de un bar en Mora.
TOLEDO, 10 de octubre. La justicia toledana se prepara para un juicio que ha atrajo la atención de la comunidad, programado para los días 14 y 15 de octubre. En estas audiencias se escuchará el caso del imputado M.E.A., quien enfrenta una acusación grave: la Fiscalía ha solicitado una pena de ocho años de prisión por un intento de asesinato tras dejar a un joven en coma con un solo golpe.
Los incidentes que derivaron en este caso ocurrieron el 18 de diciembre de 2022, cuando M.E.A. salió de una discoteca en Mora. Fuera del establecimiento, se acercó a un grupo de hombres y, de manera repentina, agredió a A.R.R. con un puñetazo en el labio, además de atacar a otro hombre, J.S.D.C., con un golpe en el rostro.
Tras estas agresiones iniciales, el acusado, que poseía habilidades de boxeo, se involucró en una confrontación leve con P.G.C.M. Antes de que la situación pudiera calmarse, M.E.A. golpeó a este último en la cara, lo que provocó que comenzara a sangrar.
La gravedad de los acontecimientos se intensificó, pues mientras P.G.C.M. intentaba detener el sangrado con un pañuelo, M.E.A. le propinó otro puñetazo por sorpresa en la parte lateral de la cabeza. Este golpe fue tan contundente que dejó a la víctima completamente inconsciente, cayendo al suelo donde su cabeza impactó contra el asfalto.
Las consecuencias de esta violenta acción fueron devastadoras para P.G.C.M., quien sufrió un traumatismo cráneo-encefálico severo y estuvo en coma durante varios días. Las lesiones requerían tratamiento médico y quirúrgico, y le han dejado secuelas significativas, incluyendo un leve trastorno cognitivo, pérdida total de audición en un oído y la incapacidad de olfatear y degustar alimentos.
El informe del Ministerio Público indica que, de no haber recibido atención médica de emergencia, la víctima podría haber perdido la vida como resultado de esta brutal agresión.
Además, se ha destacado que en el momento de la agresión, M.E.A. padecía un ligero retraso mental y había dejado de tomar la medicación que le había sido recetada, además de haber estado bajo la influencia de bebidas alcohólicas esa noche. Esto, según la Fiscalía, afectó su capacidad para discernir entre lo correcto y lo incorrecto, lo que a su vez comprometió su libertad de acción en ese crítico momento.
Tras el suceso, M.E.A. estuvo bajo prisión cautelar desde el 20 de diciembre de 2022 hasta el 29 de julio de 2024, fecha en la que se le otorgó la libertad bajo condiciones de no comunicarse ni acercarse a la víctima, P.G.C.M.
El juicio que se aproxima no solo decidirá el futuro de M.E.A. en términos de tiempo en prisión, sino que también abordará las serias acusaciones de lesiones hacia A.R.R., por las cuales la Fiscalía pide una pena de dos meses y quince días, junto a la grave acusación de homicidio en grado de tentativa respecto a P.G.C.M.
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