Crónica Castilla-La Mancha.

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Veintiún imputados enfrentan cargos por 16 delitos de drogas en Toledo, con penas que superan los 60 años.

Veintiún imputados enfrentan cargos por 16 delitos de drogas en Toledo, con penas que superan los 60 años.

TOLEDO, 30 de septiembre. La Audiencia Provincial de Toledo llevará a cabo un juicio este miércoles y jueves, 1 y 2 de octubre, donde 21 personas enfrentarán cargos por 16 delitos relacionados con la salud pública. Los acusados son señalados por su participación en la venta y distribución de sustancias como cocaína y hachís, actividades que habrían generado un impacto serio en la salud pública, y que podrían resultar en penas acumulativas que superan los 60 años de prisión.

Entre los involucrados se encuentran nombres como J.V.C.V., A.B.P.R., E.M.V., y otros que, a lo largo del proceso judicial, tendrán que defenderse de estas graves acusaciones. Se ha salido a la luz que las operaciones se han llevado a cabo principalmente en la provincia de Toledo, extendiéndose hasta algunas zonas de Madrid.

Las investigaciones revelaron que se incautaron grandes cantidades de droga durante los registros en las residencias de varios acusados, con un valor estimado de más de 56.000 euros en hachís y alrededor de 50.000 euros en cocaína, según su peso en gramos.

De los 21 acusados, cuatro ya tenían antecedentes por delitos relacionados, mientras que doce son considerados sin antecedentes penales. Otros tres tienen registros que no afectan directamente a esta causa en particular.

Antes de septiembre de 2014, el acusado J.V.C.V. se dedicaba a la distribución de cocaína y hachís. Su hogar en Villanueva de Alcardete se convirtió en un punto de encuentro para consumidores que adquirían producto a cambio de dinero.

A.B.P.R., que era pareja de J.V.C.V., también participaba activamente en la entrega de drogas a los consumidores finales y en la gestión de los pagos.

En el centro de esta red se encuentra el acusado E.M.V., quien lideraba la compra y venta de cocaína, apoyado por su compañera S.C.P. Ambos operaban desde su residencia en Seseña, y coordinaban la distribución de estupefacientes a otros socios comerciales, incluyendo a J.V.C.V.

Se descubrió que E.M.V. y S.C.P. habían organizado un sistema de entrega y venta de sustancias que se remontaba a varios meses antes de su detención, y que varios otros acusados colaboraban en esta actividad, incluyendo contactos con otras redes de distribución.

El acusado C.A.G.U., que compartía vivienda con A.J.B. en Madrid, también formaba parte de la operación, aunque su papel era más limitado a contactos esporádicos con proveedores y consumidores.

El esquema de distribución estaba bien estructurado, involucrando a varios otros acusados, y se extendía a localidades del partido judicial de Quintanar de la Orden. A través de comunicaciones constantes, E.M.V. aseguraba el suministro de cocaína a otros distribuidores pequeños como J.R.G. y A.G.A., que a su vez también realizaban ventas a menor escala.

Las investigaciones revelaron detalles sobre la cadena logística que permitía que esta red de distribución operara con eficacia, con el suministro de drogas alcanzando diversos puntos en la región.

Durante los registros realizado en múltiples domicilios, se incautaron cantidades significativas de hachís y cocaína, junto con otros elementos asociados a la venta de estupefacientes, como teléfonos móviles y efectivo, que evidencian la magnitud de la operación delictiva.

En presencia de tales evidencias, se anticipa que el juicio arrojará resultados severos, reflejando la postura del sistema judicial frente a delitos que afectan profundamente la salud pública y la seguridad en nuestras comunidades.