Alcaldía de Pepino en manos de exedil del PP tras moción respaldada por PSOE y Vox contra Inocencio Gil.

Un nuevo giro político se ha producido en el municipio toledano de Pepino, donde Ignacio Díaz, un exconcejal del Partido Popular, ha asumido la alcaldía tras una sorpresiva moción de censura. Este cambio en el liderazgo ha sido orquestado con el apoyo de los concejales del PSOE y Vox, quienes se unieron para destituir al hasta ahora alcalde, Inocencio Gil.
La votación, que tuvo lugar en un pleno repleto de ciudadanos, finalizó con un resultado contundente: siete votos a favor y tres en contra. Esta decisión ha generado reacciones encontradas entre la población, con algunos vecinos expresando su respaldo al alcalde saliente y mostrando su descontento ante la llegada de una nueva administración.
Las acciones que llevaron a esta moción fueron motivadas por supuestas irregularidades en un contrato relacionado con la instalación de una bandera en el pueblo. Según Díaz, estas irregularidades implican la adjudicación del trabajo al hermano de la secretaria del anterior alcalde, lo que despierta preocupaciones sobre la transparencia del proceso administrativo en un contexto económico complicado.
La denuncia sobre las supuestas irregularidades ya ha sido presentada ante el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, y hay indicios de que podría ser enviada también a la Fiscalía Anticorrupción si se considera necesario.
Con la nueva administración liderada por Díaz, que integra a miembros del PSOE y Vox, se inicia una etapa diferente en Pepino. El nuevo alcalde ha expresado su deseo de que esta colaboración entre partidos, a la que ha denominado un gobierno "tricolor", sea un ejemplo a seguir en otras administraciones a nivel nacional y regional. Según él, lo relevante no son los partidos, sino el enfoque en el bienestar del pueblo.
Por su parte, Inocencio Gil, el alcalde saliente, ha hecho comentarios burlescos sobre el nuevo contexto político, sugiriendo que Pepino podría ser rebautizado como "Gazpacho" debido a la mezcla de partidos que conforman el nuevo gobierno. No obstante, también ha criticado lo que considera un "pacto de la vergüenza" que ha servido para derrocar su gobierno.
Gil defendió su gestión durante catorce años, destacando que había ganado cuatro mayorías absolutas y desafiando a su sucesor a llevar las acusaciones a los tribunales. "Si hay irregularidades, que se demuestren; yo no he hecho nada malo", afirmó con confianza. Se mostró tranquilo ante la situación, argumentando que se ha elevado una denuncia sin fundamento y que lo único que ha hecho ha sido atender las demandas de los vecinos.
El exalcalde también se refirió al polémico contrato, insistiendo en que no existe evidencia que lo incrimine y afirmando que su legado laboral incluyó mantener un gobierno en el que sus ahora detractores habían sido parte. "Todos hemos trabajado juntos, ¿por qué este cambio repentino?", se preguntó.
Mientras tanto, Díaz, a pesar de su reciente expulsión del PP, ha manifestado su intención de mantenerse como concejal no adscrito y ha alegado que la dirección del partido no ha respondido a sus inquietudes sobre las irregularidades que ha denunciado, lo que añade un nivel adicional de controversia a la situación política en Pepino.
En su declaración, ha apuntado a la rápida acumulación de patrimonio del exalcalde como un indicativo de que algo podría estar mal, sugiriendo la necesidad de una investigación exhaustiva. Así, el escenario se tensa a medida que se desarrollan las insinuaciones de corrupción y la batalla política se intensifica en esta pequeña localidad toledana.
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