La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Castilla-La Mancha ha levantado una bandera roja por la sequía que azota el sur de Albacete, exigiendo acciones inmediatas.

Según la UPA, la sequía del año pasado fue considerada "catastrófica", y este año la gravedad es aún mayor, pudiendo convertirse en un problema estructural con consecuencias económicas y sociales devastadoras. La organización agraria ha advertido sobre los efectos del cambio climático y ha llamado la atención sobre la situación actual en la provincia de Albacete.

Distintos agricultores han expresado su preocupación y han solicitado medidas urgentes a los municipios afectados. La falta de lluvias desde diciembre ha impactado severamente en la ganadería y se espera una pérdida del 100% en la cosecha de cereales, en comparación con el 80/90% del año pasado.

La situación es crítica también para el viñedo, el almendro y el olivar, con consecuencias devastadoras en la producción. Los agricultores ven con inquietud cómo la sequía afecta sus cultivos por segundo año consecutivo, lo que refleja un desafío estructural que requiere medidas concretas a corto plazo.

La implementación de ayudas y subvenciones, junto con medidas para garantizar el suministro de agua, son cruciales para mitigar los efectos de la sequía en la provincia de Albacete. La UPA hace un llamado a las administraciones para tomar acciones concretas y demostrar una mayor implicación en esta crisis que afecta gravemente a los agricultores y ganaderos.